Amor de ascensor.
La ruidosa alarma de mi viejo despertador indicaban el
inició del día laboral, las 7 en punto era la hora de maldecir a todo el
endemoniado mundo. Con pereza lograba despegarme de mi cama y dejar mis pies
expuestos al helado suelo, con el poco animo que poseía me dirigí al baño y lave
un poco mi cara para espabilarme. Por la pequeña ventana de la cocina pude ver
como pequeños copos de nieve caían sin cesar sobre la pequeña ciudad, supuse
que hoy mi bufanda, mi abrigo y mi gorro serían mis mejores amigos. Coloqué el
agua a hervir y busqué en la alacena el pequeño recipiente que poseía el café, una
vez que lo halle introduje una cucharada en mi taza de uso habitual. Ojeaba de
vez en cuando el pequeño y sucio reloj de la cocina para verificar la hora, una
vez que termine de desayunar me dispuse a cambiarme. No deseaba ir a trabajar
pero realmente necesitaba el dinero, me coloque la ropa de abrigo y me encamine
a la salida. Mi departamento no era uno de los mejores pero poseía lo
indispensable para mantenerme con vida y eso era lo único que necesitaba en
días como estos. Mientras me dirigía al ascensor recordaba las diferentes cosas
que debía hacer, como por ejemplo: Comprar bobillas de luz, decirle al conserje
que revise la calefacción ya que últimamente había dejado de funcionar y las
noches no son para nada agradables. El ascensor era viejo y hacía ruidos
realmente horribles por el esfuerzo, abrí la puerta y sin decir nada entre en
aquel pequeño lugar.
“Buenos días”- La suave y dulce voz de una joven chica me
saco de mis pensamientos, observe con detenimiento a la chica y repase mil
veces mi cerebro para saber si la había visto anteriormente. Pero no fue así,
al parecer era nueva y fue más que obvio que en mi cara se notaba la curiosidad
porque antes de poder decir algo la hermosa muchacha respondió.-“Soy nueva en el
edificio, me mude hace poco. Es un placer conocerlo, me llamo Alicia Neers.”-
Realmente era una mujer bonita, tenía un acento extraño que dejaba al
descubierto que ella no era de estos lugares, busque una forma de presentarme
adecuadamente y lo único que salió en ese momento fue un.-“Hola, yo soy Edward…”
Y antes de poder finalizar con mi presentación el ascensor había llegado a su
destino. Un-“Hasta luego, Edward.”-Finalizo con nuestra charla.
Los días siguieron su curso, yo seguía teniendo encuentros
casuales con Alicias Neers en el ascensor y eso era lo único que lograba animar
un poco mis deprimentes mañanas. Alicia era una joven bastante agradable y muy
inteligente, ambos teníamos la misma edad y poseíamos muchas cosas en común.
Hubo una vez en la que invite a salir a Alicia, ella acepto y en ese momento
fui realmente feliz. Luego de aquella cita ella y yo nos encontrábamos en el
ascensor siempre, era como una costumbre…
Pero hubo un día en el que dejamos de vernos, supuse que
ella había enfermado así que lo tomé como algo normal. Yo me encontraba en mi
trabajo y era hora de volver a casa, una ambulancia se encontraba estacionada
junto al edificio, no le di mucha importancia porque en aquel lugar viven
muchas personas mayores de edad y es algo casi “normal” ver ambulancias cerca.
Estaba a punto de entrar al edificio cuando una camilla salía junto con tres paramédicos
a los lados, Alicia se encontraba en ella. Los frenos del ascensor habían
fallado y la joven muchacha se encontraba en él…
En ese
momento solo deseaba haber tomado el ascensor junto a ella…